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JAVIER JIMÉNEZ La iglesia de Sant Miquel, en Llucmajor, tiene alarma. Y funciona. Ese detalle no lo conocían tres ladrones que aprovecharon un funeral que se ofició el viernes por la noche para intentar desvalijar el templo.

Reinaldo, cubano de nacionalidad, Antonio y Pedro planearon el 'golpe' y aparcaron una furgoneta Iveco en el exterior. Dejando al margen los remordimientos religiosos, uno de ellos acudió al funeral y se mezcló entre asistentes. Cuando el oficio acabó, el delincuente se ocultó y esperó. En la rectoría, colidante con la iglesia, se estaba celebrando una conferencia, que finalizó a las diez de la noche. A esa hora Jaume Puigserver, el rector, cerró el templo. A los cinco minutos una empresa de seguridad se puso en contacto con él: «Hemos detectado movimientos en tres puntos distintos de la iglesia». El religioso no tuvo dudas: alguien estaba robando en Sant Miquel. La Guardia Civil y la Policía Local de Llucmajor acudieron al recinto, donde les esperaba Puigserver. «Revisamos todo el templo, pero no aparecían. Luego me di cuenta de que podían haber ido por la sacristía y al llegar al coro intenté abrir una puerta y la encontré atrancada por dentro». El rector nunca cierra ese acceso, por lo que supo que los desconocidos estaban allí.

Dio una voces, acudieron guardias civiles y policías y al final despejaron la puerta. Dos de los ladrones se ocultaban allí. No intentaron escapar. El tercero no estaba muy lejos. Cuando por fin fueron arrestados los tres, Reinaldo, el cubano, improvisó una excusa poco convincente: «Queríamos dormir y hemos elegido este lugar». Ante las miradas de incredulidad, añadió: «En mi país las iglesias son para dormir».

La Guardia Civil descubrió la furgoneta de los tres individuos, aparcada justo en el exterior, cerca de la plaza del pueblo. Dentro había algunos cuadros, que el rector no reconoció como pertenecientes a la iglesia de Sant Miquel. Ahora se investiga el origen de aquellas obras. Los tres acusados fueron trasladados al cuartel: el juez todavía no ha decidido sobre qué hacer con ellos. Quizás el trío tema más el castigo del cielo. O no.