Antoni Vallespir, exprior de Lluc. | Jaume Morey

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La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Palma, Ana San José, ha declarado prescrita la responsabilidad penal del exprior de Lluc Antoni Vallespir, investigado por presuntos abusos sexuales a un antiguo 'blauet' del santuario del municipio mallorquín cuando era menor, y ha declarado conclusa la causa en la que se investigaban estos hechos.

En su resolución, la jueza destaca que desde que el denunciante cumplió la mayoría de edad -en 1998- y «estaba capacitado» para acudir a los tribunales hasta que efectivamente interpuso la denuncia en marzo de 2015 «resulta claro» que han transcurrido los plazos de prescripción establecidos por la Ley.

El abogado del prior, Jaime Campaner, ha defendido en todo momento la inocencia de su patrocinado. La Fiscalía ha ratificado su postura respecto a la prescripción de los hechos.

Por su parte, el denunciante reclamaba la práctica de nuevas diligencias, entre ellas el interrogatorio del investigado y la citación de varios testigos. También solicitaba la continuación del procedimiento judicial por los trámites de sumario.

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La magistrada señala en su auto que, ya el pasado mes de septiembre, tras tomar declaración al perjudicado, se consideraron prescritos los hechos al referirse a unos supuestos abusos sexuales sufridos por el denunciante desde que tenía 13 años hasta que alcanzó los 18, de forma que habrían tenido lugar entre 1993 y 1998.

El ex 'blauet' manifestaba que los hechos se produjeron mediante «el prevalimiento de una situación de superioridad» y no por razones de «fuerza, violencia o intimidación». Contra el auto cabe recurso de reforma -ante el mismo Juzgado- o de apelación -ante la Audiencia Provincial de Balears-.

Se da la circunstancia de que este lunes otro eclesiástico, el expárroco de Can Picafort Pedro Barceló, se sentó en el banquillo de los acusados por abusar de una monaguilla que entonces contaba con diez años de edad, y aceptó una condena de seis años de cárcel tras declararse culpable por estos hechos.

El sacerdote reconoció haber sexualmente y de forma reiterada, entre 1997 y 1998, a la menor y aseguró sentirse «totalmente arrepentido». Durante el juicio celebrado en la Audiencia, Barceló, manifestó que «uno debe ser algo mejor». «Le deseo lo mejor a ella y a su familia», espetó el eclesiástico, para quien la Fiscalía reclamaba inicialmente 42 años de cárcel.