Los socorristas Javier González y Eduardo Mariscal recordaron ayer la intervención con el bebé. g Foto: ALEJANDRO SEPÚLVEDA | Alejandro Sepúlveda

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Javier González y Eduardo Mariscal son dos de los cinco socorristas que el martes salvaron a una bebé de ocho meses en la playa de Cala Major. Este miércoles recordaron lo ocurrido y afirmaron que lograr que el bebé se recuperara «es muy gratificante y no lo olvidaremos nunca».

González y Mariscal se encontraban junto a sus compañeros Adrián Gayá, Ayelen Naveda y Rubén Moyá. Su jornada en esta época del año empieza a las 11.00 de la mañana. Sin embargo todos ellos habían llegado a la playa bastante antes para hacer unos ejercicios. «En ese momento vino el padre con el bebé en brazos corriendo desde la orilla y se lo entregó a a Adrián», explicó Javier González, quien añadió: «El bebé estaba con los ojos en blanco, los tenía como idos, le costaba mucho respirar, se asfixiaba y no respondía».

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Los socorristas trataron de reanimar al menor con insuflaciones y compresión con los dedos. «Primero le hicimos cinco insuflaciones, el boca a boca, le llegó un poco de oxígeno al cerebro y volvió un poco en sí, pero seguía sin responder y tenía los labios morados. Abrimos la caseta de socorro, cogimos el aparato de oxigenoterapia y se lo aplicamos con la máscara pediátrica, pasaron unos diez segundos y el bebé empezó a respirar bien y rompió a llorar», indicó González.

Poco después una ambulancia se personó en la playa de Cala Major y se hizo cargo del bebé, que fue trasladado a Son Espases.