En 2008, el estadounidense adquirió la mansión de Miraval, en la Provenza (sureste de Francia), junto a su todavía esposa, Angeline Jolie, con la que está en proceso de separación.
El matrimonio, según relató Libération, desembolsó 45 millones de euros a través de «una opaca sociedad instrumental luxemburguesa» encargada de la gestión de la propiedad.
Gran aficionado a la arquitectura, Pitt comenzó a remodelar la mansión poco después de su compra, y en 2010 entró en contacto con la artista Odile Soudant, conocida por haber trabajado junto al célebre arquitecto Jean Nouvel, para que iluminase cuatro de los edificios.
Los trabajos de reforma se desarrollaron sin problemas durante tres años hasta que el actor se interesó por la elevada factura y por los múltiples retrasos. La compañía luxemburguesa de la pareja de estrellas de Hollywood culpó completamente a Soudant, según el diario.
A partir de ese momento, Pitt dio la orden de suspender los pagos a la empresa de la artista francesa, cuya facturación dependía en casi un 70 % de las obras en Miraval.
«Mis cuentas bancarias están al límite, ya no puedo utilizar mi tarjeta de crédito y mi empresa está a punto de quebrar. No te pido que pagues todo, al menos una parte», advirtió al actor antes de que su empresa quedara bajo administración judicial.
Después de tres años de batalla legal, los tribunales franceses dieron la razón a Soudant al estimar que los retrasos en las obras eran únicamente imputables a la sociedad que la gestionaba.
Esta decisión no supone el final del litigio entre ambas partes, ya que la artista estima que Pitt, quien reclama como propia la concepción de la iluminación de los cuatro edificios, se ha apropiado ilícitamente de sus derechos de autor.
Soudant considera, sin embargo, que su obra es una creación original y exclusiva, protegida por la ley.
Una posibilidad que los abogados del estadounidense rechazan aduciendo que, de todos modos, la mansión de Miraval es un lugar «únicamente privado» donde no se aplica esta regulación, cuenta el periódico.
No obstante, el abogado de la artista ha hecho notar que la iluminación se utilizó para el escenario de la última campaña de publicidad de la firma francesa Guerlain.
1 comentario
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Aquí pasará en breve lo mismo, al parecer las facturas se elaboran en relación a tu aparente o conocido poder adquisitivo, hasta 3000 € han llegado a cobrar por una simple ñapa qué precio real no rondaría más de los 400 €, y claro los ricos son ricos pero no tontos, igual la artista se quiso pasar de lista, suerte que son muy patrióticos y la justicia se ha puesto de su lado antes que del lado de un yanki.