A continuación, se explican las peculiaridades de cada tipo de cabello para que puedas identificar cuál se asemeja más al tuyo. Piensa que un cabello puede ser mixto, es decir, combinar varios tipos:
Cabello graso: las raíces brillan y el cuero cabelludo produce un exceso de sebo. Al pasar el dedo índice por el cuero cabelludo puedes ver como brilla. Hay un exceso de producción de las glándulas sebáceas. Necesita un tratamiento específico para regular la producción de grasa
Cabello seco: está apagado y es áspero al tacto. Tiene tendencia al encrespamiento y es difícil de controlar. Además, se enreda con facilidad e, incluso, se rompe. Para tratarlo, hay que utilizar productos que aporten hidratación.
Cabello grueso: no se ve el cuero cabelludo y suele tener bastante volumen. Es difícil de peinar pero muy resistente a la rotura. En este caso, se deben evitar los cortes muy geométricos.
Cabello fino: es frágil y se rompe con facilidad. Da la sensación de poca cantidad y, en ocasiones, se puede ver el cuero cabelludo. Hay que buscar cortes que aporten volumen.
Cabello normal: es dócil y de buena apariencia. No necesita ningún tratamiento específico.
Si aún tienes dudas, puedes realizar este test para identificar qué tipo de cabello tienes.
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