Muchas veces se puede explicar por problemas de estrés o ansiedad. | Freepik

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Sentir hambre todo el día puede ser frustrante y, según la ciencia, diversas causas subyacentes pueden explicarlo. Entre ellas, el estrés y la ansiedad son factores clave, ya que provocan un aumento en la liberación de cortisol, una hormona que estimula el apetito. Además, la deshidratación es otra razón común, ya que el cerebro a veces confunde la sed con el hambre. Otras posibles causas incluyen la diabetes, el hipertiroidismo y la falta de sueño, todos los cuales alteran el equilibrio hormonal y afectan las señales de hambre.

Si bien la ansiedad y los hábitos de vida desempeñan un papel importante, también es necesario prestar atención a posibles condiciones médicas, como la diabetes tipo 2. En esta enfermedad, el cuerpo no usa adecuadamente la insulina, lo que genera una sensación de hambre debido a la falta de energía en las células, incluso después de haber comido. Asimismo, el hipertiroidismo acelera el metabolismo y puede hacer que el cuerpo demande más alimento sin un aumento de peso correspondiente.

La falta de sueño también altera los niveles hormonales, en particular la leptina y la grelina, lo que provoca que el cuerpo sienta más hambre al no regular correctamente las señales de saciedad. Este problema puede llevar a comer en exceso, contribuyendo a un ciclo de hambre constante.