Para Martínez, tal y como remarcó anoche en su discurso, la buena fama de los Ciutat de Palma se corresponde con la «formidable respuesta» por parte de creadores en una edición que ha contado con una participación récord. Y es que el certamen registró para esta convocatoria un total de 2.628 trabajos frente a los 1.173 del año anterior, teniendo en cuenta que 647 aspirantes se presentaron al Camilo José Cela de novela y otros 943 al Rubén Darío de poesía, ambos en la modalidad de castellano. Y, además, hay que tener en cuenta otros 15 proyectos presentados en el Premi Guillem Sagrera d'Arquitectura.
En cambio, la oposición y los escritores en catalán, tal y como demostraron el jueves en un acto de protesta en Can Alcover organizado por la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC), el PEN Català y la Obra Cultural Balear (OCB), lamentan que la inclusión del castellano hará que los Ciutat de Palma se devalúen y dejen de ser un referente.
Algunos galardonados han hecho mención a esta problemática. Sin duda, el más contundente ha sido el músico Miquel Serra. «El colectivo de músicos miramos con preocupación el tema de la lengua, por el retroceso que experimenta el catalán. Estamos en manos de un gobierno que tiene como socio alguien que aborrece la lengua de aquí, que la querría ver desaparecer. Y alguien que aborrece una lengua es como quien aborrece una variedad de un árbol frutal: no tiene explicación. Hay una presión externa que merece una respuesta y si el gobierno, que es quien debería hacerlo, no lo hace; lo hará la comunidad civil. Y dentro de esta comunidad habrá una gran cantidad de músicos que la respaldarán».
Durante este parlamento se ha producido un breve corte musical, a lo que Serra ha respondido con un 'uep', pero todo apunta a que simplemente ha sido uno de los varios fallos técnicos que se han sucedido durante la velada. La intervención ha sido la más aplaudida de la noche, aunque otra muy distinta también ha sido una de las más comentadas: la del Premi Ciutat de Palma de poesía en castellano Rubén Darío, que ha ganado el autor madrileño Jesús Aguilar. «El hecho de que estos galardones hayan sido bilingües me ha permitido estar aquí con ustedes esta noche y también gracias a eso se vuelve a poner a Rubén Darío donde siempre ha estado, como uno de los grandes de la literatura española. Tengo un fuerte convencimiento frente a la exclusión debemos poner la belleza, la verdad, la libertad, la justicia y la poesía, que son dones de la naturaleza que nos diferencian a los seres humanos».
El toque de humor lo ha puesto Miki Durán, Premi Maria Forteza de audiovisuales en la modalidad de cortometraje. El de Marratxí ha ganado el galardón con Ben, un filme que aborda el balconing desde una perspectiva irónica y «fresca». Por eso, cuando el realizador ha subido al escenario ha comentado con el público que era «acertado» y «gracioso» recoger el galardón con el logo de los Ciutat de Palma de fondo, puesto que la imagen es una figura humana que se precipita al vacío.
Por su parte, Lara Fluxà, ganadora del Arts Visuals, ha denunciado «el genocidio que sufre el pueblo palestino» a la vez que instó al Ajuntament a «impulsar políticas culturales para desarrollar un tejido artístico fuerte» y Lluis Gené, distinguido con el premio de investigación junto a Gabriel Alomar Garau, vestía con la mítica camiseta verde de denuncia contra el TIL de Bauzá, ha reclamado que el espacio ciudadano vuelva a ser de las personas y no de los vehículos privados.
En definitiva, como suele ser también tradición, la gala de los Premis Ciutat de Palma ha transcurrido de forma un tanto pesada, sin mucho dinamismo, a pesar de actuaciones notables de artistas como Mar Grimalt o la compañía de danza Pasodos. Discursos de galardonados como los mencionados han dado un poco de aire fresco a una ceremonia presentada por Pere Sánchez y Marta Jaume que, a menudo, parecía más una lección de historia que un acto festivo.
Bilingüismos a parte y cada espectador -y político- entendiéndolo a su manera, el himno La Balanguera hermanó a los asistentes y puso fin a esta gala, aunque la comparsa institucional continuaba hacia el Casal Solleric, donde se inaugura la exposición de las obras de los finalistas del Premi Ciutat de Palma de artes visuales.
El palmarés
- Premi Llorenç Villalonga de Novel·la en catalán, dotado con 26.000 euros: Maria Escalas Bernat por A la seva ombra.
- Premi Camilo José Cela de Novel·la en castellano, dotado con 26.000 euros: Rodolfo Piovera por Un azul de frío.
- Premi Joan Alcover de Poesia en catalán, dotado con 12.000 euros: Marina De Cabo Pons por Deixar de fer peu.
- Premi Rubén Darío de Poesia en castellano, dotado con 12.000 euros: Jesús Aguilar Marina por Danzas de sombras.
- Premi Antoni Gelabert d'Arts Visuals, dotado con 12.000 euros: Lara Fluxà por ARVA.
- Premi Ciutat de Palma de Còmic, dotado con 10.000 euros: Joan Escandell Torres y Joan Miquel Morey Palou por Dibuixant tebeos entre Eivissa i Barcelona (1937-2024).
- Premi Bonet de Sant Pere de música, dotado con 6.000 euros: Miquel Serra por Les Hayas Arce.
- Premi Margaluz d'Arts Escèniques, dotado con 6.000 euros: Héctor Seoane por Bad Moon.
- Premi Maria Forteza d'Audiovisuals en modalidad documental, dotado con 6.000 euros: Daniel Cuesta Centelles por Jo, Punk.
- Premi Maria Forteza d'Audiovisuals en la modalidad de cortometraje, dotado con 4.000 euros: Miguel Ángel Duran Mas por BEN.
- Premi Montserrat Casas d'Investigació, dotado con 6.000 euros: Gabriel Alomar Garau y Lluís Gené Gil por el estudio Amanecer: gènesi i originalitat d'una urbanització dels 30.
- Premi Miquel dels Sants Oliver de Periodisme, dotado con 3.000 euros: Joan Cabot por ¡Campeón! Un thriller pop.
- Premi Caty Juan de Corral de Gastronomia, dotado con 3.000 euros: Llorenç Payeras Capellà.
- Premi Guillem Sagrera d'Arquitectura, dotado con un total de 23.250 euros repartidos en tres cuantías de 10.500 (redacción del proyecto), 10.500 (dirección de obra) y 2.250 euros (dirección de la ejecución de la obra): OHLAB Architecture Lab por el proyecto Paseo Mallorca, 15.
29 comentarios
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CicutaIdò si vares conèixer es franquisme, queda corroborat que el reescrius a conveniència des nacionalisme espanyol. Abans des turisme de masses, s'immigració a Mallorca era mínima: ses famílies mallorquines parlaven mallorquí (com l'han parlat durant prop de vuit segles) i es pocs forasters que hi havia acabaven assimilant es mallorquí perque era sa llengua que els enrevoltava arreu. Per tant, s'ús familiar i social des castellà era mínim: es mallorquins parlaven mallorquí en família, amb es metge, amb es barber, amb es botiguer, amb es llanterner... Es castellà era sa llengua oficial administrativa, escolar, des medis de comunicació i d'actes públics, però no sa llengua d'ús familiar i social. Aprendre llengües de fora sempre es beneficiós... mentres no suplantin sa pròpia per mor d'una política estatal d'imposició lingüística que cercava baratar sa llengua nostra amb sa forastera. Evidentment, durant es franquisme no hi havia discussió sobre mallorquí i català perque sa nostra llengua no tenia reconeixement oficial, però es diccionaris castellans que usàvem a escola ja definien es mallorquí com a "dialecte" o "varietat" de sa llengua catalana, definició acadèmica que havia recollit sa Real Academia Española l'any 1884 i que ha continuat vigent sense interrupció. Per tant, no ès cap "monserga" sinó una definició que ja era vigent dins s'àmbit acadèmic durant es franquisme i que, en arribar sa democràcia i s'oficialitat de sa llengua nostra, se va incorporar a sa legislació, com era natural i de sentit comú. Avui, sa denominació de "llengua catalana" l'accepta amb naturalitat s'immensa majoria de sa població de ses Illes Balears, llevat de quatre o quaranta nacionalistes espanyols malalts de catalanofòbia (mallorquinofòbia) que refuen sa llengua pròpia i enyoren sa castellanització franquista, ja sigui perque la mamaren a escola o perque són descendents d'aquelles famílies 'fines' de Palma que castellanitzaren es fills durant es franquisme. Amb aquest comentari has begut cicuta... 🤣🤣🤣
@ Lluis Seguramente he vivido bajo el franquismo antes que Vd. , a no ser que tenga Vd. más de 80 años. Es ingenuo pensar que en Baleares solamente se hablaba mallorquin, que no catalán, hasta la llegada masiva de turistas y la consecuente mano de obra forastera, despectivamente llamados murcianos por un sector racista y xenófobo de la sociedad mallorquina, que no pudo evitar que muchas mallorquinas se casaran con ellos y eso sí que fue "convivencia". Mire su ADN, ya que pueda teer algún gen murciano. Cierto que la escolarización fue en castellano y por tanto muy beneficioso para conocer una lengua muy importante y universal, pero nunca se prohibió hablar socialmente en mallorquín, digo sí en mallorquín porque en aquellos años hasta probablemente 1972, no empezaron con la monserga de que en Baleares se hablaba catalán, cosa totalmente falsa.
Mallorquí de MallorcaPero xerraven mallorqui, no parlaven en catala.
miquel ferruRespecte des clarinetista de sa Banda Municipal de Barcelona, que ha fet feina com a funcionari interí, ès absurd que després de trenta anys no hagi pogut aprendre es català. Tant a Catalunya com a ses Illes Balears, sa llengua imposada ès sa castellana, no sa pròpia. A ses comunitats catalanoparlants, es bilingües haurien d'esser es castellanoparlants abans que noltros. A qualsevol comunitat lingüística, sa llengua que tothom ha de conèixer ès sa pròpia i no cap altra.
CicutaUna de dues: o no has conegut es franquisme o el vols reescriure a conveniència des nacionalisme espanyol. Aquí, durant prop de vuit segles, fins ben entrat es franquisme, es mallorquins han estat majoritàriament monolingües: ni han parlat castellà (una llengua forastera, com tots sabem) ni l'han hagut de menester per res. Per tant, de "convivència", gens ni mica! Amb s'explotació des turisme de masses (anys 60), arribaren un caramull de forasters castellanoparlants a fer-hi feina, perque a sa seva terra d'origen no tenien ofici ni benefici. Ells parlaven en foraster i es mallorquins continuaren parlant en mallorquí. Hi havia coexistència, però no "convivència": molts d'aquests forasters eren anomenat despectivament "murcianos". Per primera vegada, es franquisme va escolaritzar massivament es mallorquins, però els va escolaritzar en foraster i va imposar una castellanització absoluta en sa vida pública i oficial, ignorant o prohibint s'ús de sa llengua pròpia i imposant es foraster com a llengua oficial. No hi havia cap discussió sobre català o mallorquí perquè es concepte de "llengua pròpia" ni s'anomenava. Tot això no ès precisament "convivència". Encara avui pagam ses conseqüències d'aquella castellanització imposada, que funciona per inèrcia maldament ses lleis hagin canviat: avui sa llengua pròpia des mallorquins ès plenament oficial a ses Illes Balears, però sa llengua forastera imposada no ha deixat d'esser-ho i molts d'aquells forasters que arribaren amb es turisme de masses, o es seus descendents, no han tengut sa possibilitat d'assimilar sa llengua des mallorquins. Només s'escola ha fet aquesta funció, però no basta. Això ès una anomalia, no "convivència". Es nacionalistes espanyols podeu continuar emblanquinant sa castellanització franquista, però es qui tenim una certa edat sabem què va passar aquella època perque la vàrem viure. Sa conseqüència més evident ès que hem hagut d'aprendre d'escriure sa nostra llengua d'adults, perque a escola no la mos ensenyaren.
Quasimodo.Tenim dues llengües oficials, una de pròpia (sa que anomenam mallorquí) i una altra d'imposada (sa que anomenam foraster).
Quasimodo.No, es foraster. Els nostres repradins NO el xerraven.
El que se ha colado, es el catalán impuesto por politiqueo, y que es el que está realmente desplazando a la lengua propia, que es el balear con sus variedades. Antes de los años 70, convivían sin problema mallorquin y castellano, no se mencionaba el catalán como lengua propia,ni figuraba, ni se hablaba en la vida balear, ya que aún no habían entrado las hordas catalanistas a la conquista de su 5ª provincia y como arma su lengua el catalán.
Tenemos dos lenguas oficiales, hasta ahora nos han impuesto una, el catalán.
Vaya titular más ofensivo y más inapropiado. No "se cuela" nada, se termina con el monolinguismo anterior.