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El grupo ecologista GOB exige a los gobernantes de Baleares, Mallorca y Palma que «dejen de avalar» la expansión del aeropuerto de Son Sant Joan y el incremento de rutas aéreas y desistan de gastar dinero público en la promoción turística de la isla.

El Grupo Balear de Ornitología y de la Naturaleza (GOB) se ha sumado a una campaña europea y estatal para reclamar a los dirigentes políticos un compromiso contra el «crecimiento descontrolado del tráfico aéreo» por sus nocivas consecuencias medioambientales y sociales.

Según indica la asociación proteccionista en un comunicado, en el caso de Baleares, en los últimos años se vienen superando los récords históricos de pasajeros aéreos anteriores a la pandemia de covid, lo que se ha traducido en un aumento de las inversiones para aumentar la capacidad de los aeropuertos.

En el de Palma, uno de los más rentables de la red de Aena, a la que genera el 20 % de sus ingresos, se están ejecutando obras que permitirán añadir 8 nuevas puertas de embarques y asumir un 15 % más de vuelos, unos 4 millones de turistas más, señalan los ecologistas.

El Gob, que considera que los responsables institucionales «han eludido responsabilidades» ante este crecimiento, les acusa además de fomentarlo apoyando con sus políticas promocionales la creación de nuevas conexiones aéreas con Palma.

«La apertura de nuevas rutas no solo tiene consecuencias en el incremento de la masificación turística, sino que ha hemos podido constatar el incremento del sector inmobiliario, el fomento de un modelo de turismo de alto poder adquisitivo que dificulta la problemática de acceso a la vivienda de los residentes», indica la entidad ecologista.

Por ello, entre sus demandas está también la de regular la compra de viviendas por parte de no residentes, como se ha hecho en Nueva York, Berlín, París y Andorra, entre otros lugares.

También aboga por la prohibición de los jets privados, un segmento del sector aéreo muy contaminante en el que Palma está entre los diez principales aeropuertos de Europa.

El Gob suma a sus demandas el mantenimiento de la moratoria que impide la creación de nuevas plazas turísticas, por que «la capacidad de alojamiento va directamente ligada al aumento de la expansión del aeropuerto, como principal puerta de entrada a Mallorca».