Diferentes perfiles opinan sobre la propuesta de conciliación laboral que pretende llevar a cabo el Govern Balear. | Alba González

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Eva es una de tantas y tantos progenitores coraje, tiene dos hijos, de 9 y 14 años, y uno de ellos es autista; por lo que tomó la decisión de trabajar a media jornada para poder atender sus necesidades y lograr la ansiada e imprescindible conciliación en su caso: «mi única solución era renunciar a una jornada completa, a mi carrera profesional, tienes que renunciar a muchas cosas», explica. Pero no lo dice con arrepentimiento, conoce el sistema y reivindica la falta de ayudas en más campos.

«Flexibilizar las horas de trabajo sería ideal pero la verdad, no creo que funcione. Es complicado de implementar. Hay muchas necesidades. Solicitar la conciliación hasta el momento nunca ha sido fácil, te ponen muchas trabas», nos explica. Asegura que las empresas privadas no funcionan como las públicas y se pregunta como puede mediar en ello el Govern Balear.

Eva trabaja a media jornada y tiene dos hijos de 9 y 14 años, uno de ellos tiene necesidades especiales

«Vamos bastante tarde en comparación con Europa»

«Las ayudas deberían ser globales, partir desde el gobierno central; por ejemplo, si das más ayudas a las familias, se tendrán más hijos. La gente estaría tranquila porque tendría recursos. Fíjate por ejemplo en mi hijo, a los 18 años se nos acabará la ayuda para él, incluso la psicológica, ¿como haremos después? Conciliar está bien pero vamos bastante tarde si echamos un vistazo a otros países europeos hermanos. En Baleares hay más hogares con perros que con niños por el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población, algo está fallando en la política para las familias, no es sólo la conciliación, son muchas cosas más», defiende.

María y Jorge tienen dos hijos pequeños, para ellos, cualquier medida conciliadora es un alivio

«Ahora mismo estamos haciendo malabares, hacemos magia, por eso la iniciativa es buena»

Recibían la noticia con una sonrisa de oreja a oreja, aunque todavía queda un largo camino para materializar la propuesta de Prohens en la realidad. Ambos progenitores, María y Jorge, trabajan ocho horas, por lo que atender las necesidades de sus hijos de 9 y 5 años es muy difícil: «Hacemos malabares, hacemos magia, por eso la iniciativa es buena», comentan.

«Me parecería muy bien poder flexibilizar horarios porque los niños se enferman, a veces necesitas salir antes, hay tutorías, citas imprescindibles; repondrías las horas al día siguiente, sería genial», dice María. Su marido está totalmente de acuerdo: «uno podría organizarse, hacerse un esquema semanal, hablarlo con su empleador y concretar que tal día necesitas trabajar menos horas, es una estupenda iniciativa», explica.

Aprovechamos para saber también qué opinan sobre el proyecto de ley adicional que anunciaba el Govern, abrir centros deportivos y escolares durante el verano, abrir los patios en fin de semana e incluso los baños. A María se le ilumina la cara. «Uy eso sí sería ideal, porque las escuelas de vacaciones son carísimas. Te pasas trabajando todo el verano para pagar la escuela de verano. Es como otro alquiler», describe.

Estos tres trabajadores se encuentran satisfechos porque en su lugar de trabajo les permiten la conciliación y son flexibles
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«A ver, si tienes que estar en una panadería a las seis de la mañana, no te puedes presentar a las dos de la tarde»

A las puertas de una agencia de marketing hotelero, encontramos tres trabajadores debatiendo el proyecto de ley. Su empresa ya implementa alguna de estas medidas; por lo que su visión es positiva. Aún así consideran que flexibilizar los horarios de los trabajadores no es posible en todos los sectores: «funcionará mientras puedas sacar el trabajo adelante pero si tienes que estar en una panadería a las seis de la mañana no te puedes presentar a las dos de la tarde, habrá sectores en los que se podrá hacer y sectores en los que es imposible», explica uno de ellos.

«Depende de la empresa y también de cada persona, cuando tienes que atender al público la única opción es hacer turnos pero todo lo que sean facilidades para conciliar, me parecerá bien, hay que ver cómo lo implementan», dice otro.

Según ha explicado el ejecutivo balear, la medida también supondría una reducción respecto a las cifras de baja o absentismo laboral. «Se reducirían esas bajas 'extrañas' y motivaría mucho a la hora de trabajar», explica otra compañera que entra en la oficina como una exhalación. «Lo que está claro es que el tiempo es cada vez más valioso para las personas», zanja otro de los compañeros.

Antonio prefiere que no se flexibilicen los horarios en exceso sino ajustando, según las necesidades, una o dos horas

«Yo no puedo decir que me voy cuatro horas antes porque tengo extraescolares o un segundo trabajo»

Antonio tiene 37 años y no tiene hijos pero «me pongo en el lugar de todos porque los podría tener más adelante». Considera que la medida es factible si los trabajadores no se toman un 'exceso' de horas: «creo que el motivo siempre debería ser justificado; yo no puedo decir que me voy cuatro horas antes porque tengo extraescolares o por un segundo trabajo porque eso no le compensaría a la empresa; creo que ajustar una o dos horas sí podría funcionar, depende de la necesidad que tengas», explica.

Otro punto importante para él es combinarse con los demás compañeros, «imagina que un día no podéis dos personas, uno porque tiene un cumpleaños y el otro una cita médica, ¿quién es más importante? Se tendría que decidir y hay que valorar hasta que punto la razón de flexibilizar vale o no la pena», aclara.

También opina sobre la apertura de instalaciones: «eso tendría que supervisarlo alguien, poner personal de seguridad, de mantenimiento, porque sino sería un desastre. De hecho en el Parc Bit, por ejemplo, el baño está abierto los fines de semana y si pasas por allí haciendo deporte no tengo que ir al bosque y puedo usar las instalaciones, aunque eso sí, hay seguridad, si no, lo cerrarían, seguro».

En líneas generales, los ciudadanos votan por la conciliación y la sienten como positiva, pero saben que 'del dicho al hecho, hay mucho trecho'.