La UV, en colaboración con el Laboratorio de Análisis y Diagnóstico de Obra de Arte, responsabilidad del Departamento de Historia del Arte, ha lanzado la propuesta para recuperar las imágenes dañadas. «Sabemos que las prioridades en este momento, ante la situación catastrófica de la provincia de Valencia, se centran en el bienestar personal y el apoyo de infraestructuras y necesidades básicas de las familias. Sin embargo, las personas afectadas también se enfrentan al dolor que supone perder los recuerdos. Por este motivo, y de manera altruista, desde la UV se lanza una campaña para recuperar las fotografías familiares deterioradas por la reciente DANA», explican desde la entidad.
Tras una semana, los vecinos continúan lanzando sus mensajes de desconsuelo en las redes sociales: «Lo he perdido todo». En estos momentos, la UME, los bomberos, militares y voluntarios trabajan para rehabilitar las zonas anegadas. Sin embargo, el barro continúa impregnado en los recuerdos familiares. Para solucionarlo, la universidad ha puesto a su disposición el servicio de recuperación. «Es importante que se conserven y se pongan en contacto con el Área de Patrimonio de la Universitat de València a través del correo electrónico o teléfono que aparece a continuación. Se pasará a recogerlo y trabajará en su recuperación», detallan.
En un comunicado, la Universidad se ha dirigido a todos los hogares valencianos que se han visto afectados por la DANA para ofrecerle ayuda. «En la medida que sea posible, se pide a las familias que no se deshagan de esas fotografías y álbumes, aunque presenten un elevado grado de deterioro», solicitan. La iniciativa busca ayudar a todos los afectados a restaurar y conservar estos objetos de valor sentimental, entendiendo que cada imagen representa un fragmento de la historia personal y familiar de cada persona.
La recuperación de imágenes será totalmente gratuita para los afectados. Tan solo deben contactar con el correo electrónico o teléfono facilitado (patrimoni.cultural@uv.es) y seguir sus instrucciones. Las personas deberán organizar las fotografías dañadas en distintos grupos según su estado de conservación. Esto ayudará a tratarlas de manera más efectiva y evitar que las condiciones de unas fotos empeoren las de otras. Cada grupo irá dividido en bolsas de plástico identificadas con los datos del propietario: nombre, apellidos, dirección postal, correo y teléfono.
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