El verano es la época del año en la que intensificamos nuestra vida social. Con el aumento del mercurio, cambiamos los espacios cerrados por las terrazas, también las bebidas calientes ceden el protagonismo a las refrescantes, y la playa se convierte en el lugar ideal para disfrutar de un cóctel reconstituyente.
A continuación os presentamos diez bebidas clásicas de los meses de calor, así como su procedencia, diez clásicos que resisten en pie a pesar de las modas y el paso de los años.
Caipirinha (Brasil)
Hecha a base de azúcar, lima y alcohol del cachaça (jugo de caña de azúcar fermentado), la caipirinha comenzó a tomarse en los cafés próximos a las playas de Brasil. Con el tiempo su fórmula original ha sufrido variaciones, la más popular recibe el nombre de caipifrutas, y añade fruta típica del país como la fruta del anacardo, mango y kiwi.
Piña colada (Puerto Rico)
Estamos ante uno de los cócteles más reconocidos a nivel mundial, cuya elaboración no encierra demasiados secretos: piña, coco y ron transformaron este tonificante cóctel en la estrella de las playas caribeñas a principios del siglo XX. Más tarde, en la década de los cincuenta, Ramón ‘Monchito’ Marrero, camarero de la barra del hotel Hilton Beachcomber de San Juan (Puerto Rico), lo perfeccionó añadiendo un toque de crema de coco.
Mai-Tai (Polinesia)
Sus componentes son un poco más rebuscados, a saber: ron, licor de curaçao, jarabe del orgeat (elaborado a base de almendras), y lima anaranjada. Pero el resultado deviene igual de estimulante para el paladar, una delicia. El Mai-Tai vivió un boom en los años sesenta, gracias a la película Hawai azul, protagonizada por el rey del rock and roll, Elvis Presley.
Cerveza roja de la raya (Jamaica)
Se trata de una rara pero refrescante variación del clásico ‘zumo de cebada’, elaborada por primera vez en la isla de Kingston el año 1928. Se recomienda especialmente los días de más calor, y atentos porque aseguran que quien la prueba no quiere otra cosa. Aunque no es fácil encontrarla, su consumo se está generalizando y cada vez la tienen en un mayor número de establecimientos.
Margarita (México)
Otro clásico por excelencia. Dicen las malas lenguas que fue un miembro de la alta sociedad tejana quien lo inventó, para impresionar a la actriz Rita Hayworth con una bebida en su honor. Sea cierto o falso, lo único que tenemos claro son sus componentes: tequila, cointreau y jugo de lima, cuidadosamente decantados sobre una copa de cristal bordeada con sal, hacen de este popular brebaje uno de los más solicitados en todo el mundo.
Daiquiri (Cuba)
El predominio del ron y la lima en el Caribe ha propiciado gran cantidad de cócteles. En el caso del daiquiri basta añadir un poco de azúcar para obtener una de las bebidas más exportadas, bautizada con el mismo nombre que el de una playa cercana a Santiago de Cuba. Pero no amigos, este cóctel no fue pergeñado por un nativo inquieto, sino por un grupo de ingenieros norteamericanos destinados a esa zona, solo ellos pueden atribuirse el mérito que para sí querría más de un cubano.
Limoncello (Italia)
Con los ácidos limones de Ravello, población situada en plena Costa Amalfitana, se prepara una de las bebidas más excitantes que nos ha dado la vieja Italia. Cuentan que los granjeros empapaban las cáscaras de sus limones excedentes en alcohol de cereales y azúcar. Una vez macerado y convenientemente refrigerado, el producto resultante es este digestivo dulce y agrio a la par, que empezó a tomarse como colofón de la cena pero que ya hace años que se ha ganado una merecida fama como chupito, a secas, o mezclado con hielo picado y tónica.
Cabo Codder (Massachusetts, USA)
Junto con la cerveza roja de la raya, el Cabo Codder es una de las bebidas menos populares del listado. Lo es, al menos, si la presentamos con su nombre original. Creado en la península de Massachusetts de su mismo nombre, famosa por cultivar el arándano, para su elaboración se mezcla vodka y zumo de arándano. ¿Ya os suena?, en efecto, estamos ante el popular Cosmopolitan, o Cosmo, a secas, como se refieren a este cóctel los yuppis de la Gran Manzana.
Rosé (Costa Azul, Francia)
Su simpleza es obvia, pero no por ello vamos a restar un ápice de mérito a nuestros vecinos franceses. Tal y como se intuye, se trata de un vaso de vino rosado seco muy, muy frío. Lo parezca o no, su consumo se ha disparado en países como Italia, Grecia, Estados Unidos, Reino Unido y Portugal, así que bien merece un lugar en esta página. Cuando se trata de refrescarse el gaznate, en España preferimos el vino blanco, pero todo llegará.
Gin Tonic (India)
Este cóctel está viviendo una segunda juventud, pero remontémonos a sus orígenes: los británicos residentes en la India añadían ginebra a la tónica para contrastar su sabor amargo, de esa guisa nacía una de las bebidas de moda que, en su día, fue si cabe aún más popular. Pues se convirtió en la bebida tradicional de los países tropicales tras la caída del Imperio Británico. Hoy la podemos tomar de mil y una formas, algo que, aseguran, horroriza a los consumidores más clasistas.