El estrés y el frenético ritmo familiar o laboral, a veces, no nos permiten leer todo lo que quisiéramos. Pasan los meses y acumulamos montañas y montañas de libros, mientras juramos que cuando lleguen las vacaciones los devoraremos todos. Pues ha llegado la hora. Olvídense de revistas del corazón y demás, este año el mejor complemento para el verano es una lectura fresca.
La novela romántica suele ser una de las estrellas de las lecturas veraniegas. Por eso, antes de que se dejen engañar por los insoportables relatos de Danielle Steel –o en su defecto, por la trilogía ‘Grey’–, opten por obras maestras como Emma o cualquier novela de Jane Austen, imprescindible. Ensayos sobre música o moda, narraciones sobre actualidad política y social, o simplemente libros para pasar una jornada de baño, pero con gancho y ‘chicha’, son otras de las opciones para estos meses de calor.
Sobre el panorama local, de momento, quien ostenta el título de ‘libro del año’ es Sicília sense morts, del escritor Guillem Frontera, colaborador de este periódico. Aunque el regreso al panorama literario de Maria de la Pau Janer, ganadora del Planeta, con su nueva apuesta, Cuando seas libre (publicada en castellano y catalán), podría arrebatarle a Frontera este codiciado honor.
Al final, la elección es lo de menos, lo más importante es llevarse un buen libro en la cesta de la playa.