Así pues, dado que en estos días se suceden muchos encuentros y comidas familiares que ya son toda una tradición... ¿por qué no lucir nuestras mesas con propuestas mallorquinas tradicionales? Tal vez algunas de ellas se antojen elaboraciones difíciles para aquellos que normalmente no se implican en la cocina, si bien es cierto que otros son muy sencillos y podemos contentar igualmente a nuestros invitados. Por ejemplo, un tradicional pa amb oli sorprenderá a todo el mundo a la vez que no defraudará a nadie, puesto que los hay para todos los gustos y paladares.
Puede parecer un poco arriesgado, ya que no entra dentro de las clásicas propuestas navideñas, sin embargo, sí es un plato típico en nuestra isla y qué mejor momento para lucir elaboraciones tradicionales que durante la Navidad. Además, podemos hacer de él un plato principal para que esas comidas o cenas entre fechas señaladas no sean tan copiosas, o bien como un original primer plato o entrante.
Para un buen pa amb oli mallorquín no debe faltar el pan payés moreno, aunque con los años se ha ido extendiendo también el uso del pan blanco. Es importante que sea de calidad, al igual que el resto de ingredientes, ya que será la clave del éxito de nuestro menú. En las panaderías ‘de toda la vida’ se encontrarán panes que a buen seguro cumplirán con nuestras expectativas. Los tomates de ramallet (un tipo de tomate autóctono especial para ser restregado) y el aceite de oliva virgen extra son también ingredientes imprescindibles; podemos ofrecer el pan preparado o servir en la mesa con los tomates y el aceite para que cada uno lo elabore a su gusto. Eso sí, es recomendable poner primero el tomate y luego el aceite. Una pizca de sal aportará un toque especial al pan, que previamente podremos haber tostado, o no, según preferencias.
Imaginación
Y a partir de aquí, el pa amb oli presenta todo un mundo de posibilidades, ya que podemos poner cualquier variedad de queso o todo tipo de embutidos (aunque los tradicionales combinan jamón serrano, ibérico y queso), así como propuestas más elaboradas con pescados como las sardinas, el salmón o la sepia, o verduras.
La versatilidad de este plato llega hasta donde llegue nuestra imaginación. Por ejemplo, otras opciones son acompañarlo con un trempó de invierno o ensalada de pimientos rojos asados aliñados con algo de ajo, perejil, sal, pimienta y aceite (la versión veraniega es con el trempó: cebolla tierna, pimiento verde y tomate, todo en dados pequeños.
Un acompañamiento imprescindible del pa amb oli son las olives trencades (verdes y amargas) o aceitunas negras pansidas, pimiento picante y fonoll marí (hinojo a la vinagreta).
Y si todo esto lo presentamos en nuestra mesa con una cuidada decoración navideña, conseguiremos un plato digno de las mesas más sofisticadas durante la Navidad.
Asimismo, si optamos por usarlo como un primero, se puede hacer una versión más chic de este plato ofreciendo, por ejemplo, tostadas más pequeñas para que no llenen demasiado.
La receta fue documentada por primera vez en el siglo XVIII por el fraile mallorquín Jaume Josep Bernat Martí i Oliver. En la actualidad, se trata de uno de los platos más populares de las islas, y es que seguramente su sencillez en la preparación ha conquistado los paladares de los baleares.