Autores: Albert Orfila, Carlos Montes de Oca, Fernando Fernández, Miquel Alzamora, Carlos Róman, Tolo Jaume, Juan Pedro Martínez y Miguel Vidal.
El último episodio hasta el momento del Mallorca por los campos de Primera División se emitió a las puertas del verano de 2013, pero había empezado a rodarse mucho antes. La carga institucional y las disputas de poder que se vivieron en el consejo de administración, unidas a los numerosos agujeros que se abrieron en el plano deportivo, desembocaron en otra noche negra para el club y su afición que ponía fin a dieciséis años de viaje por las nubes.
Justo después de acariciar la Liga de Campeones y redondear una campaña espectacular a pie de campo, llegaron el concurso de acreedores y un nuevo cambio de rumbo. Comenzaba la 'era Serra Ferrer', que tras un primer año más o menos tranquilo acabó saltando por los aires.
En la temporada 2009-10 el Mallorca fue de más a menos. Más allá del veto impuesto por la UEFA, que impidió al club jugar la Europa League (su plaza la ocupó el Villarreal) y que provocó que la afición se echara a la calle para protestar contra el organismo continental, el equipo se agarró a Michael Laudrup e inició un proyecto basado en la «austeridad» y en una apuesta por la cantera que rejuveneció la media de edad de la plantilla. Sin embargo, todo empezó a torcerse a mitad de camino. Cavenaghi, fichaje estrella, dejaba el equipo en el mercado de invierno y la frustrada incorporación de Anthony Ujah, unida a una lesión de Víctor, restó argumentos ofensivos. De hecho, el peso en ese sentido lo asumió Webó, al que se le había abierto sin éxito la puerta meses antes. Pese a todo, el Mallorca llegó a la recta de meta prácticamente salvado. Eso sí, se retrasó a la hora de ponerle el candado a la permanencia y estuvo a punto de pagarlo. Acabó flotando en la última jornada. Perdió en casa ante un Atlético de Madrid (3-4) liderado por Agüero, aunque un gol de Aduriz para el Valencia en Riazor le salvó la vida.
Despido
Al año siguiente, la mala relación entre Laudrup y Serra derivó en el despido del danés y en el fichaje de Joaquín Caparrós, que esa campaña casi clasifica al equipo para la UEFA. Lo impidió una derrota en la última jornada en el Bernabéu, Sin embargo, un ejercicio más tarde el Mallorca firmó el séptimo descenso de su historia. Una pésima planificación y la mala gestión por parte de Caparrós y Manzano (volvió para suplir al sevillano) hicieron que el equipo llegara a los últimos partidos sin depender de él mismo. En la penúltima jornada empató en el Calderón ante un Atlético (0-0) que no se jugaba nada y ese resultado fue fatal a la hora de encarar la semana definitiva. Estuvo muy cerca del milagro y derrotó al Valladolid en Son Moix (4-2). Un gol del Espanyol en Balaídos le hubiera permitido mantenerse. Pero nunca llegó y el Mallorca terminó bajando ante los ojos de su afición.